sábado, noviembre 04, 2006

Into the middle of Nowhere

Esas pequeñas grandes cosas (como una vez dijera Soprole) en realidad cambian los puntos de vista radicalmente. Cosas como saber que tienes muy buenos amigos. Personas amables, simpáticas y acogedoras, me refiero a Carlita y Felipe, quienes me acompañaron por Santiago, ya sea en encuentros sociales y familiares, como el cumpleaños de don Kral, quien tuvo hartos presentes materiales y "espirituales". Lo afirmo nuevamente, ver a un niño recitar es algo que provoca sensaciones particulares.

Y.... que pasaría si un momento pudiera extenderse en el tiempo, o simplemente se repitiera. ¿no sería mi personal mundo una cosa extraordinaria? ¿Cómo puedo lograr que esta línea de tiempo se convierta en un extenso momento de cariño en medio de la Quinta Normal? Ella, riendo y mirándome. Viéndonos a los ojos y sabiendo que en lo profundo de los primeros encuentros, en éste... había algo.

Fue una semana de alivio, tranquilidad, pero también de mucho movimiento. Por ejemplo, fui a la Feria del Libro, donde me lo recorrí todo. Tuve el gran placer de conocer a una de las grandes promesas de la literatura chilena, Carla Guelfenbein. Si alguien ha leído "el revés del alma" me dará la razón. Carla me firmó de forma muy gentil el libro para mi madre. Bueno, nunca está demás rescatar el legado histórico del comic chileno, como el número 1 de Anarko y otras yerbas graciosas.

Es tanto el cambio anímico desde un desierto a un verdadero bosque costero que en realidad podría ser una variable poderosa en el tema de las depresiones el encontrarse solo en medio de la nada. Es complicado.

A trabajar se ha dicho señores, tengo una nueva misión en las comunicaciones locales. Sólo falta adoptar el compromiso y aprender de los errores. Hay muchas cosas que mejorar en mí... espero lograr avanzar.