domingo, septiembre 23, 2007

Fiestas patrias




De pronto vi la polera gris. Era una opción para el día. Fue entonces cuando sentí ese aroma, mezcla de mi perfume con el suyo. Una dulce combinación de calidez, dulzura y pasión.
Con la polera gris sobre la cabeza aquel hombre se paraliza y empieza a recordar.

Fue un fin de semana mágico, con la presencia de dos mujeres importantes, mi ahijadita Fernanda Beatriz y mi Karlis.

Con el cansancio de esta ciudad a cuestas entré a la perla del norte. Como es usual, todo en orden y todo en expansión. Muy por el contrario, en este desierto las cosas parecen contraerse.
El aire húmedo y frío es el escenario perfecto para recordar. Son esas cosas que se atraviesan por los días tristes. Amistad, deber, regocijo y desarrollo.

Allí estaba ella, con su correcta vestimenta oscura y su sonrisa. En la locomoción colectiva sólo se oía el murmullo colectivo y las calles mil veces recorridas. Fue una hora de rostros y fachadas, sin ninguna idea, sin ningún, proyecto ni rencores. Todo perfecto.

Decidimos caminar por la costanera, elevar volantines, cocinar, juguetear y vivir por 3 días.

(Fue muy poco)

Y en un momento de cariño (ese que a este mundo le falta) todo se dio. Momento kodak, Visa, como se le ocurra a la publicidad, me da lo mismo, eres tú y nada más importa.

Pero en esta vida importan muchas cosas, como la sonrisa de una niña. Mi ahijada Fernanda está enorme y ya camina perfecto. Con su vaca (así le puso al peluche de características un tanto complejas) estaba encantada. Fuimos al balneario con Vanessa y Ramirez. La pasamos super bien, me cantó sus canciones del jardín (es toda una artista, insisto) hasta con coreografías (vea el video y sabrá de lo que hablo)... (porque me dio por escribir con paréntesis).

Maravillas puedo contar, porque cuando viajo a Antofagasta encuentro cariño, amistad, alegría, humanidad, arte, conocimiento, etc, etc, etc.

¿Y acá? Rutina, aburrimiento, tierra y más encima gente desagradable... me carga. Siento que la vida me estafó y yo tengo que hacer algo para salvarme...

O será uno de los ataques bipolares míos. Bueno, da igual.

Gracias a todos quienes me saludaron para el cumpleaños y en especial a g5, con quienes tuve una agradable jornada nocturno (excepto por el incidente de los autos).