martes, mayo 29, 2007

Escuchar de ti...

El Juego es Exquisito (Cynthia Olave Jamett)

... Te miro. Me miras. Corro la vista. Vuelvo a mirarte y me estás mirando también. Estoy roja. Te observo de reojo y tu ya no estás mirándo, entonces te puedo escudriñar tranquila. De pronto tus ojos están sobre los míos. Pestañeo rápido y sonrío nerviosa, entonces sonríes también. Ambos con los ojos posados sobre los del otro, sonreímos más tranquilos.
Ahora es conciente y deliberado. Te miro y me miras. Nos miramos, nos recorremos y tratamos de profundizar en nuestras miradas.
Si alguna vez estuvimos conversando en un grupo, ahora ninguno de los dos está. Quizás físicamente sí, pero en este instante nuestras mentes se posan sobre la mirada del otro, intentando enviar un mensaje.
Te miro a mi gusto, tú te acomodas para hacerlo. Pasan personas entre medio de nuestro canal, pero las miradas siguen ahí... Puedo notar que ya no miras mis ojos, sino mi boca, la que por cierto se muerde los labios ansiosa. Sonrío y comienzo a recorrer tu cuerpo, un poco más audaz, pensando en otras cosas. Cuando regreso a tus ojos, noto que también sonríes mientras te muerdes los labios recorriendo mi cuerpo... Sonrío y me acomodo, ahora estoy justo en frente de ti, no tan cerca como quisiera, pero de frente.
Nuestras miradas vuelven a juntarse, ya no son inocentes, si es que alguna vez lo fueron... ahora nos observamos con ganas, sí, ambos podemos descubrir que nos miramos con ganas, podría decir que hasta nos deseamos...
Te miro, me miras, te muerdes, me muerdo, nos saboreamos, sonreímos.. Me acaricio el cuello lentamente, te acaricias la boca, mi mano recorre mis muslos, te muerdes los labios y me miras profundamente... Mi mano en su lento recorrer llega al final de mi falda y se esconde bajo ella, avanzando entre mis piernas, te acaricias el pecho y te saboreas... Yo sonrío mientras me abro lentamente, tu mano baja tocando tu estómago hasta llegar a un lado de tu entrepierna, te recorro con la vista para posarme justo ahí, entonces te miro y mi lengua juega en mis labios.
Ahora nos miramos y nos difrutamos, las lenguas se muerden y saborean los labios, ambas manos están perdidas en las profundidas de nuestros sexos. La respiración se agita, ya no es lento, sino más rápido, más agresivo y más profundo, todo mezclado.
Mis caderas, tus manos, nos movemos al mismo ritmo, tus ojos, mis piernas, tu boca, te siento, me sientes, estoy dentro y tú también, estás fuera, te atraigo hacia adentro, me penetras, grito, te quejas, me aprietas, te rasguño, te mueves, el placer es máximo, humedad, gemidos, líquidos, te muerdo, más adentro, desesperación... el climax...
Entonces vuelvo a abrir los ojos, el sudor corre por mi rostro y cubre mi cuerpo, te veo también incorporándote, suspirando en un intento por recuperar el aliento, abres los ojos y me miras tiernamente, sonreímos, me acerco para acariciarte la cara, pero... las manos no me alcanzan para llegar a ti... no te alcanzo , es como que te alejaste a medida que respirábamos y pestañábamos. Tú tratas de tocar la punta de mis dedos, pero hasta eso se ha hecho imposible. Es extraño, estás lejos pero te veo igual que hace un rato. Tú no sabes que pasa... silencio... de pronto miramos alrededor... las caras de sorpresa son demasiadas... tú sigues mi vista y caes en cuenta... el espacio era amplio, nos miraban con sorpresa... nuestra conexión se interrumpe, pasa gente, no te veo, tratas de encontrarme, nuestras miradas desesperadas y confundidas escurridizas como un animal asustado, trato de hallarte... veo sólo piernas, manos, brazos... te busco...
... Lo último que recuerdo es la silla vacía que aún guardaba tu aroma y tu calidez.

SOBERBIO. FASCINANTE. DE OTRO MUNDO.

Hecho de menos la Paquidermos, la revista cultural/literaria/periodística de la Escuela. No sé si aún vive, pero cuando estuve en la U, pude leer material tan delicioso como el de Cynthia e incluso publicar alguna obra mía.

... Hecho de menos ciertas cosas...