martes, febrero 13, 2007

Mensaje codificado número 100

He tratado con todas mis ganas de encontrar una corona de espinas por los basureros de mi ciudad. Dolor constante, pero mitológico. He desenterrado unos cuantos gusanos que se comen entre ellos... y cuando ya no hay nada, empiezan a mascar su propia existencia, claro que la mayoría la traga, en pequeños sorbos y en copones.
Mientras toda la fauna árida se entretiene olvidándolo todo, los señores que viven a la distancia planean cómo invertir en este pueblo olvidado... a veces es mejor dejar que los pueblos mueran y que las grandes chimeneas casi toquen el cielo.

Así ha muerto el espíritu de esta gran avenida. Las sombras caminan indiferentes y con mucho miedo. Los gusanos abundan... quiere comerlo todo, por eso han invertido bien en estas oscuras habitaciones donde extraen el jugo de seres entrenados para desechar emociones... a pesar de los ojos que recuerda a cada instante. Ojos de quienes la estiman, pero se mueren.

La fauna contempla también sombras que esconden un espíritu. No pueden mostrarlo, aquí son muy apetecidos los restos de bondad. Es mejor dejarlo todo para los cuatro muros... así el miedo desaparece.

Toda esta avenida no son más que unos cuantos metros hasta llegar a la carretera. Así lo han planeado las sombras... quieren que su descendencia se conviertan en luz.

He aquí mi sombra, obedeciendo a los que viven a la distancia. Observando como todo sigue igual. Nunca encontrando sombras que estén dispuestas a convertirse en luz... a pesar de todo.
PD: La mente hace una protesta luego de ver esta película.