martes, enero 16, 2007

Spread your wings and fly away

Las cosas cambian. Todo es distinto de un día para otro.

Es así como mi hermano y mi madre están ahora en Antofagasta. El Mauro se irá a estudiar a la Universidad de Concepción, nada más ni nada menos que Sociología (nunca debí pasarle libros de Michael Moore y hablar sobre teoría crítica en la mesa...).

A mi madre le costó (y creo que todavía le cuesta) asumirlo. Es muy lejos, pero para mí es la mejor prueba de vida que pueda tener.

Desde el lunes que estoy en un gimnasio. Me gustó porque estaba normal (ni mucha gente, ni poca... más piola). Vamos a partir con algo suavecito, dijo el instructor, asi que tuve que hacer 20 minutos de bicicleta con 20 RPM, abdominales en tres posiciones (lo más doloroso sin duda) y media hora de trote en estas maquinas de correas. Algo chistoso me pasó cuando me bajé de esa cosa, fue como que en vez de moverme yo, el mundo se moviera por mí, yo sólo movía las piernas... jajaja terrible de mareado.

Se me vino la aprehensión al cuerpo. Primero fue la Marce. Fuimos a ver una obra de teatro del Zicosur y nos vinimos de vuelta en colectivo, el que tenía algunos pasajeros medios flaitongos. La cosa es que me bajé yo primero y ella siguió. Me dio una angustia heavy... tenía que saber que había llegado bien... llamé al celu y se le había quedado en Iquique, después a su casa y PLOP... me dijeron que no había llegado... PLOP!!!.... nerviosón a no más dar (bueno, para no latearlos, había llegado y tuvo que ir a ver urgente a su papá que estaba en el hospital... CUEC).

Ahora esa sensación me llega con mi bombona. A veces tengo la impresión que la está pasando muy mal. Cuando no la veo conectada o cuando no me contesta mis mensajes... pienso que algo malo pasa.

Definitivamente es un problema que debo ver...

Por último. Vi nuevamente El Fabulador... que gran película para un periodista. Con eso me incentivé aún más para la creación de la "Guía Práctica del Periodismo (que no se enseña)".